Encontramos festividades honrando el día de los difuntos, de los muertos, o según la nomenclatura que le coloca aquel que lo celebra, distintas culturas repartidas por todo el planeta, honran uno de los momentos más trascendentes de nuestro paso por «aquí» de formas muy simbólicas, donde en ocasiones el sincretismo resultado de la fusión cultural de distintos pueblos crea ritos maravillosos en un día como hoy.

Desde las culturas mesoamericanas que habitaban el territorio mexicano antes de la llegada de los españoles, como las etnias mexica, maya, mixteca, texcocana, zapoteca…. que según el calendario mixteca, celebraban rituales para honrar a sus muertos durante el noveno mes del año solar, y su fusión con la tradición católica, hasta celebraciones de origen celta como el conocido Halloween, contracción del inglés All Hallows Eve, que significa ‘Víspera de Todos los Santos’, también conocido como Noche de Brujas, celebrada el día 31 de octubre en países como Estados Unidos, Canadá, Irlanda o el Reino Unido, nos recuerdan que la muerte, y sobre todo el momento de honrar la memoria de los difuntos, está presente en muchas tradiciones culturales.

La vida y la muerte, bailan de la mano. El nacimiento y el momento de la muerte física son dos hitos que nos recuerdan la importancia que tiene la vida, la que vivimos y la que elegimos, la que transcurre entre un momento y el otro. Sin duda, no podemos determinar cuándo y cómo se alumbrarán ambos momentos, pero si tenemos la libertad de decidir cómo vivir mientras tanto.

Aceptar ambos momentos, nos permite concentrarnos en el camino que recorremos, si por el contrario nos pasamos el día enfocados en el miedo, en el sufrimiento de qué ocurrirá si enfermo, si contraigo un virus, o qué les pasará a mis seres queridos… si me enfoco en el final, me alejo del presente, de la vida. La muerte ocurre cuando tiene que ocurrir, culturalmente no estamos preparadas/os, pero lo que si está claro es que no depende de nosotros, por tanto debemos enfocarnos en la vida, en cada momento, en cómo la vivimos, para que cuando llegue el final, cuando se acabe nuestra experiencia física, podamos dejar un legado de amor, de buenas vivencias que nos permita seguir viviendo desde el lugar donde nos corresponda, sin miedo.

Ara Malikian, en un día como hoy honra a tantas personas que se han marchado por virus y enfermedades, en México y muchos otros rincones del planeta, seguramente porque era el momento, a pesar de la tristeza y el apego de los que nos quedamos, pero con el recuerdo y la alegría de vivir y disfrutar el camino.

Ara Malikian – Requiem Homenaje Víctimas Covid19 en México